Hoy en día, la comarca Costa Noreste de Cádiz a la que pertenece Sanlúcar coincide prácticamente con la extensión original del territorio del antiguo señorío.
En 1369, Juan Alonso Pérez de Guzmán, IV Señor de Sanlúcar, recibe el Condado de Niebla de manos de Enrique II de Castilla por su fidelidad en el enfrentamiento por el trono con su hermanastro Pedro I el Cruel, con lo que sus territorios se extienden por parte de las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva, llegando a alcanzar la frontera con Portugal.
En 1445, en pago a las mercedes al rey Juan II de Castilla, Juan Alonso Pérez de Guzmán, VI Señor de Sanlúcar y III Conde de Niebla, se convertirá también en el I Duque de Medina Sidonia.
Sanlúcar de Barrameda adquiere entonces una importancia indiscutible, pues ya desde el señorío primitivo se asienta en la villa la sede central de las posesiones de la Casa de Medina Sidonia.
Por las mismas fechas son concedidas a la villa las fiestas de las Vendejas, dos ferias anuales, las vendejas propiamente dichas que se celebraban entre septiembre y noviembre y las “racavendejas” a celebrar entre febrero y marzo, que habrían de tener una elevada repercusión comercial al poner en circulación interior los productos del señorío a lo largo del Camino Condal que comunicaba Sanlúcar con Niebla, pasando por Almonte, y dentro de Doñana enlazaba con el camino de Moguer a Sevilla y el camino de Moguer a Sanlúcar que pasa por la finca de El Acebuche. Este rombo viario fue profusamente frecuentado por las gentes de la zona, políticamente cohesionada en torno a la sede de Sanlúcar.
La original ermita alfonsina se constituyó entonces como el punto de entronque de esa estructura de comunicación que se extendía hasta Sanlúcar, al otro lado del río. Así pues, la vinculación de Sanlúcar con el Rocío puede decirse que proviene ya de aquella primitiva ermita de las rocinas.