Historia

Para comprender la histórica y ancestral vinculación existente entre Sanlúcar y su tan arraigada devoción popular a la Virgen del Rocío, hemos de retroceder al año 1297 cuando el rey Fernando IV, en cumplimiento de la promesa verbal hecha dos años antes por su padre Sancho IV El Bravo recientemente fallecido, concede la ciudad de Sanlúcar en Señorío a don Alonso Pérez de Guzmán en premio por su heroica y legendaria defensa de la plaza de Tarifa, según consta en el documento de donación de Señorío fechado en Toro (Zamora) a 13 de octubre de 1297 que se conserva en el Archivo de la Casa de Medina Sidonia de Sanlúcar de Barrameda. La villa se convierte así en cabeza de un extenso señorío medieval:

“La tierra que estaba dende la su villa del Puerto de Sancta María partiendo con tierras de Xeres e con tierra de Sevilla, hasta el río Guadalquivir y el río abaxo hasta dar en la mar grande, y por la mar hasta tornar a los términos de la villa del Puerto”

Hoy en día, la comarca Costa Noreste de Cádiz a la que pertenece Sanlúcar coincide prácticamente con la extensión original del territorio del antiguo señorío.

En 1369, Juan Alonso Pérez de Guzmán, IV Señor de Sanlúcar, recibe el Condado de Niebla de manos de Enrique II de Castilla por su fidelidad en el enfrentamiento por el trono con su hermanastro Pedro I el Cruel, con lo que sus territorios se extienden por parte de las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva, llegando a alcanzar la frontera con Portugal.  

En 1445, en pago a las mercedes al rey Juan II de Castilla, Juan Alonso Pérez de Guzmán, VI Señor de Sanlúcar y III Conde de Niebla, se convertirá también en el I Duque de Medina Sidonia.

Sanlúcar de Barrameda adquiere entonces una importancia indiscutible, pues ya desde el señorío primitivo se asienta en la villa la sede central de las posesiones de la Casa de Medina Sidonia.

Por las mismas fechas son concedidas a la villa las fiestas de las Vendejas, dos ferias anuales, las vendejas propiamente dichas que se celebraban entre septiembre y noviembre y las “racavendejas” a celebrar entre febrero y marzo, que habrían de tener una elevada repercusión comercial al poner en circulación interior los productos del señorío a lo largo del Camino Condal que comunicaba Sanlúcar con Niebla, pasando por Almonte, y dentro de Doñana enlazaba con el camino de Moguer a Sevilla y el camino de Moguer a Sanlúcar que pasa por la finca de El Acebuche. Este rombo viario fue profusamente frecuentado por las gentes de la zona, políticamente cohesionada en torno a la sede de Sanlúcar.

La original ermita alfonsina se constituyó entonces como el punto de entronque de esa estructura de comunicación  que se extendía hasta Sanlúcar, al otro lado del río. Así pues, la vinculación de Sanlúcar con el Rocío puede decirse que proviene ya de aquella primitiva ermita de las rocinas.

Recientes investigaciones aseguran que la Hermandad del Rocío de Sanlúcar de Barrameda fue la primera que se fundó, aunque en aquella época no se tuviera el concepto de hermandad ni estuviera considerada como tal, de ahí que en el transcurso de los siglos fue considerada una de las cinco hermandades filiales fundacionales  junto con Villamanrique de la Condesa, Pilas, La Palma del Condado y Moguer, que hacían su peregrinación anual a la ermita de la aldea del Rocío para visitar a la milagrosa imagen bajo las advocaciones de “María de los Remedios primero, de las Rocinas después y siglos más tarde del Rocío” el domingo de Pentecostés de cada año. Y es por eso que esta Hermandad goza de ciertos privilegios sobre las demás hermandades filiales concedidos por la Hermandad Matriz de Almonte en 1680, como es conservar el quinto lugar a perpetuidad y ser representada por Báculos (signo de Principado, Pastor de Greis o reconocimiento patriarcal) en lugar de insignias o varas. Se trata de varas de plata o plateadas con adornos romboidales sobre las que, en óvalos rematados en sus laterales por dos perillas y los superiores por una pequeña cruz, hay una curiosa imagen de la Virgen del Rocío con el Niño en el brazo izquierdo y portando un gran cetro en su mano derecha, lo que indicaría que de esa forma se representaba a la primitiva imagen. 

En los dos báculos originales que aún se conservan se puede leer la siguiente inscripción:

“Estos Baqulos dio de limosna a Nuestra Señora del Rosio Juan Lozano siendo Mayordomo. Año de 1680”

Hacia bien entrada la segunda mitad del siglo XX existían otros dos báculos originales. A uno de ellos se le perdió la pista tras ser expuesto en una exposición que realizó en Barcelona la Hermandad del Rocío de esa ciudad y el otro desapareció misteriosamente.

Además de los báculos de 1680, la Hermandad poseía “tres varas de gobierno de plata, un guión de damasco de seda con cruz de plata, un Simpecado de tisú de oro y otro de terciopelo”.

Los principios de esta Hermandad datan de mediados del siglo XIV, y tiene su primera sede en la Iglesia de Ntra. Sra. De la O, lugar adjunta al Palacio Ducal de los Duques de Medina Sidonia y Casa de Guzmán, que fueron los primeros protectores fundacionales sobre la propagación de la devoción de la Stma. Virgen del Rocío. En el siglo XV, la Casa Ducal le dio traslado a la Iglesia de la Merced regida por la orden de los Mercenarios.

Parece ser que la devoción a la Reina de las Marismas llegó a Sanlúcar de Barrameda a través del gremio de los carboneros quienes, en sus andanzas profesionales por todo el Condado de Niebla, entablaron relación con la gente de Almonte, siendo así los carboneros los primitivos fundadores de esta Hermandad rociera.

Paralelamente al gremio de carboneros, la devoción a la Virgen del Rocío llegó también de labios de tantos y tantos comerciantes, colonos y arrendatarios del Ducado de Medina-Sidonia asentados en tierras onubenses, que arribaban a la capital del señorío a través de Almonte, el Rocío y el Coto de Doñana.

En el siglo XVI el duque de Medina Sidonia manda hacer una copia exacta de la imagen de Ntra. Sra. de las Rocinas con el Niño, ambos de estilo goticista, y la dona a la Hermandad de Sanlúcar.

En 1620 la familia Ruiz cede a la Hermandad de Sanlúcar una choza y unos terrenos que poseían en la aldea del Rocío convirtiéndose esta choza en la primera Casa-Hermandad. En el capítulo octavo de sus reglas se especifica:

“El terreno que ocupa esta choza fue por donación que hizo el ayuntamiento de la Villa de Almonte a la familia de los Ruiz, vecinos de esta ciudad, los cuales construyeron en él la primera choza, de que hicieron donación a la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío”

El día 5 de junio de 1856 se celebró una Junta extraordinaria en la que:

“…el Mayordomo, don Francisco de Paula la O, hizo presente a la Hermandad que se hallaba destruida la choza… y en unión de los demás Hermanos acordaron que por medio de rifas y limosnas se reedificase la mencionada choza”

Años más tarde la primitiva choza fue convertida en casa y en 1980 se modificó adaptando su fachada construyendo una capilla para albergar en ella la nueva carreta del Simpecado.

En el siglo XIX la primitiva imagen del Niño, de madera tallada y probablemente del siglo XVI, fue renovado por uno de barro cocido más del gusto de la época.

En el inventario de 1866 se expresa que:

“La dicha Ymagen del Niño, su corona, cetro y mundo, uno de sus vestidos y ropa interior de la Señora, la obtuvo la Hermandad por donación de doña  Antonia Ruiz de Pérez”

La imagen de la Virgen fue transformada el 4 de junio de 1864 según consta en la parte interior del candelero, siendo restaurada el 30 de octubre de 1985 con el permiso de la Autoridad Eclesiástica.

La Hermandad del Rocío de Sanlúcar se inscribió a mediados del siglo XVII según datos obtenidos de los documentos históricos que existen en los archivos de nuestra Hermandad, conservados en no muy buen estado y poco legibles debido a haberse corrido la tinta, aunque la primera acta oficial que posee lleva la fecha de 25 de abril de 1677 fijando su sede canónica en la Iglesia de Santo Domingo del convento de la Orden de los Predicadores Dominicos. En 1866, dicha Iglesia y Casa Conventual fue cerrada, teniendo su última acta con fecha del 10 de febrero de ese mismo año, por lo que la Hermandad tuvo que trasladarse a la Iglesia de San Francisco, Capilla del Colegio de las Escuelas Pías fundado por D. Francisco de Paula Rodríguez, celebrando su primera junta el 11 de mayo de 1887, bajo la presidencia del Padre Espiritual y Rector del Colegio Rvdo. P. Alejandro Corrales. En 1947 dicha capilla se cerró al culto, por lo que el Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. Pedro Segura Sáenz, decreta el 12 de abril de ese mismo año, se traslade la sede canónica a la Parroquia de San Nicolás de Bari, previa petición de la propia hermandad el 12 de abril de 1943.

Los hermanos reunidos en Cabildo General Ordinario el día 29 de octubre de 1985 acuerdan por unanimidad solicitar al obispo de la Diócesis de Jerez de la Frontera, D. Rafael Bellido Caro, el traslado de la sede canónica de la Hermandad a la Iglesia de San Jorge, propiedad de la Iglesia Católica Inglesa, y así lo decreta el 11 de noviembre de 1985, no sin antes estar firmado el contrato de Comodato, el 28 de septiembre de 1985, entre la Hermandad, el Obispado y el poderdante de la Conferencia Episcopal Inglesa, en cuyo contrato en la cláusula 3ª, es nombrada Ntra. Sra. Cotitular del Templo, teniendo hogar permanente y ocupando un lugar preferente en el Altar Mayor. El 13 de enero de 1986, es decretado por el Obispado el traslado de la Sagrada Imagen a su Nueva Casa, llevándose a efecto el día 26 de enero de 1986.

Dichos nombramientos son reconocidos legalmente mediante documento firmado y sellado el día 26 de Febrero de 1987, por Monseñor Ronald Hishon, representante en España de la Iglesia Católica Inglesa.

El día 17 de diciembre de 1986, la hermandad es reconocida por el Ministerio de Justicia del estado español, adquiriendo de esta forma su personalidad jurídica con el número registral 2.202-SE/C.

En 1992 es derribada la antigua Casa-Hermandad del Rocío y se procede a la construcción de una nueva bajo el mandato de D. Manuel Lobato Reinoso como Hermano Mayor, obra continuada por D. Ángel Cadenas Ríos y terminada, bendecida e inaugurada la actual el día 25 de febrero de 2001 por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Asidonia-Jerez D. Juan del Río Martín, siendo Director Espiritual el Rvdo. P. D. Juan Mateos Padilla y Hermano Mayor D. José Luis García Raposo.

La Hermandad ha recibido algunos galardones, entre los que destacan los siguientes:

  • Premio al “Mérito Turístico” 2005, otorgado por el Patronato Municipal de Turismo de Sanlúcar de Barrameda.
  • Distinción Especial “Día de Andalucía” 2008, otorgado por la Junta de Andalucía con motivo del XXVIII Aniversario de la celebración del Día de Andalucía.